Los científicos se encuentran analizando, en cada país, el genoma que posee el coronavirus en los pacientes infectados y detectados. Gracias a esto podemos identificar la mutación del coronavirus y rastrearlo en cada zona geográfica.

La pandemia del COVID-19 se sigue extendiendo, y los primeros indicios sobre una mutación del coronavirus han ganado evidencia científica con el paso del tiempo. Desde el primer artículo que postulaba la existencia de dos cepas del virus, hasta los nuevos descubrimientos, se ha asentado la idea.

De todos modos, era algo esperable. La mutación del coronavirus se explica por su misma composición. Al tratarse de un virus ARN, como veremos más adelante, está sujeto a mayor posibilidad de cambiar de genoma por errores en su replicación.

Estas mutaciones que se están registrando sobre la tranmisión pandémica del COVID-19 no representan la aparición de un virus nuevo. La gran mutación del coronavirus fue la que sucedió en Wuhan, China, y que le permitió pasar del contagio entre animales al contagio interhumano.

Estas variantes son lo que los infectólogos denominan cepas, o linajes. Sigue siendo el COVID-19, pero con pequeñas modificaciones, aunque en esencia mantenga sus características. Gran parte del ARN que contiene es igual al original, pero una pequeña porción va cambiando.

¿Por qué puede mutar el coronavirus?

La mutación del coronavirus, como adelantábamos, es posible por su misma estructura vírica. El COVID-19 es un virus de ARN, esto quiere decir que su genoma -su información genética-, viene codificado en ácido ribonucleico.

El ARN es la encriptación o codificación sobre cómo debe ser el virus. Una vez que ingresa a un organismo, se vale de las células del huésped para multiplicarse. Funcionaría como un parásito, aprovechándose de la estructura de otro para la replicación.

Uno de los problemas que tienen los virus ARN es que el sistema para corregir errores mientras se replican es deficiente. A diferencia del ADN -ácido desoxirribonucleico-, que cuenta con un sistema aceitado de detección y corrección de errores, en el ARN no es así.

Entonces, cuando el coronavirus se dedica a fabricar copias de él mismo dentro de una célula, comete errores. Esos errores en el ARN son lo que se detecta como mutación del coronavirus, y lo que origina diferentes cepas o linajes. Mientras estas mutaciones no alteren demasiado el comportamiento, seguimos hablando del mismo virus.

El coronavirus que se detecta en cada país suele ser diferente al original que salió de China

 

Lo que se sospecha sobre las dos cepas de coronavirus

Los científicos que codifican el genoma del COVID-19 han encontrado que hay dos cepas principales de coronavirus. Las han nombrado con las letras L y S.

La cepa L es la que inició en Wuhan en diciembre de 2019. Y según los datos disponibles es más letal, aunque quedó confinado a China.

La otra variedad del virus, la cepa S, es menos agresiva en cuanto a la tasa de mortalidad, pero se expande más fácilmente, y es la que logró salir de China. Inclusive existe la teoría de que esta cepa pudo expandirse por ser indetectable. Al desarrollar los tests diagnósticos basados en la cepa L, la otra tuvo libertad de acción para llegar a la pandemia.

Esta expansión y diseminación de la cepa S se vincula también a las medidas de restricción que se demoraron en aplicarse. Desde la identificación del nuevo coronavirus en diciembre de 2019 hasta el cierre de la circulación en Wuhan pasó casi un mes.

Dos cepas principales existen del COVID-19, las cuales se llaman S y L

 

La mutación del coronavirus en los países

En España, la Fundación para el Fomento de la Investigación Sanitaria y Biomédica de Valencia ha alcanzado el conocimiento sobre el genoma ARN del COVID-19 que se encuentra en el país. Y el mismo difiere del genoma publicado por China en enero de este año.

Las oficinas de Salud Pública de Brasil informaron que el coronavirus que ingresó a Latinoamérica, produciendo el primer caso en ese país, cuenta con 16 mutaciones respecto al coronavirus que salió de Wuhan. Y posiblemente sigan apareciendo noticias e investigaciones con resultados similares.

Pero la mutación del coronavirus es un proceso que no debería cambiar, al menos por ahora, la actitud frente a la pandemia. Las medidas de seguridad e higiene siguen siendo las mismas que al principio. Y la cuarentena se impone, por propia voluntad en algunos países, y por obligación legal en otros.

Por ser un virus ARN es esperable su cambio constante. Sus antecesores, como el coronavirus que causó el SARS, y aquel que causó el MERS, también mutaron repetidamente a medida que se diseminaban.

Los avances científicos traen claridad

Debemos agradecer los avances científicos de una era en la que podemos comunicarnos rápidamente. Los grupos de investigación de todo el mundo son capaces de compartir sus avances en tiempo real para colaborar.

La mutación del coronavirus es parte de su camino de expansión, pero contamos con los elementos para seguirle el rastro. Será la responsabilidad en el uso de esa información lo que nos ayudará a contenerlo.

 

FUENTE: https://mejorconsalud.com/mutacion-coronavirus/