El cansancio persistente, sumado a resfriados y dolores de garganta, pueden ser síntomas claros de un sistema inmunológico debilitado. Debemos, entonces, estar alerta para reconocer las señales que emite el cuerpo ante situaciones como estas. Recordemos que el sistema inmunitario desempeña un papel primordial en nuestro bienestar.

Según la Stanford Children’s Health, “el sistema inmunológico mantiene los microorganismos infecciosos, como las bacterias, los virus y los hongos, fuera del cuerpo”. Sin embargo, tiende a debilitarse en ocasiones: una mala alimentación, el estrés, o afecciones podrían impedir que cumpla con sus funciones básicas. Pero, ¿cuáles son señales de alarma? Te las explicamos a continuación.

 

Cómo reconocer un sistema inmunológico debilitado

Este sistema constituye nuestra defensa ante determinados agentes externos que pueden invadirnos y hacernos daño. La red de células, tejidos y órganos, que lo conforman son los encargados de trabajar coordinadamente para proteger nuestro organismo. Estas células protectoras son los llamados linfocitos, un tipo de glóbulos blancos. Se encargan de atacar precisamente a esos microorganismos que causan las enfermedades. Estas células se encuentran situadas en el timo, el bazo y la médula ósea. Todos ellos son los llamados órganos linfáticos.

Si por la razón que fuere, disponemos de un bajo nivel de leucocitos en un momento dado, no seremos capaces de enfrentar a los agentes patógenos. Es importante, pues, estar alerta ante ciertas señales. Será necesario, pues, acudir al médico. Es él quien debe determinar el origen de esa debilidad, y pautar la conducta que debemos seguir para corregir el problema. Veamos, pues, cuáles son esos indicios.

1. Cansancio persistente

Es cierto que el cansancio puede tener muchas causas. Pero, cuando es continuo, y sobre todo, nos sentimos agotados incluso al levantarnos por las mañanas, es una señal inequívoca de que nuestro sistema inmunológico se ha debilitado. Otro indicador al que debemos prestar atención es cuando acabamos rendidos ante pequeños esfuerzos. También, cuando las diferencias de temperatura, por ejemplo, nos producen malestar. Todos estos son síntomas que conviene tener en cuenta.

 

2. Infecciones frecuentes

Las infecciones de orina, en el estómago o tener frecuentemente las encías inflamadas y enrojecidas, son indicadores de que algo no anda bien. Mucho más, si sufres diarreas a menudo. Estos ejemplos podrían estar apuntando hacia un sistema inmunitario debilitado.

Ahora bien, cabría preguntarse ¿por qué ocurren cosas como estas? Pues, muy probablemente el sistema inmunológico no esté haciendo frente como debería a los agentes externos que, incluso, se aprovechan de la ocasión para atacarnos. Dicho de otro modo: No da la respuesta adecuada y, por tanto, no nos puede defender frente a la presencia comprometedora para el organismo humano, de virus, bacterias u hongos.

 

3. Alergias

Hay personas que son más propensas a sufrir reacciones alérgicas que otras. Influencias como las del polvo, el polen u otros agentes del medio ambiente podrían suponer una amenaza para la piel o las mucosas. Y, esto es algo que puede terminar afectando, por tanto, a la salud. Si es este fuera tu caso, es posible también que tengas un sistema inmunológico débil.

 

4. Resfriados

¿Cuántos resfriados sueles sufrir al año? ¿Uno cada mes? ¿Te duele siempre la garganta? ¿Te contagias enseguida con las gripes?Entonces, visita a tu médico para que te haga una analítica y compruebe tu nivel de glóbulos blancos. Tal vez estés frente a un sistema inmunológico debilitado, que no te está defendiendo como debería.

 

5. Heridas que tardan en cicatrizar

Es posible que no se curen sino hasta pasados muchos días cortes o, inclusive, una simple rozadura. Las heridas que no terminan de curarse, sino que se infectan, se inflaman y nos duelen, suelen ser síntoma de un sistema inmunológico débil. ¿A qué se debe? Si te ocurre esto, cuéntaselo a tu médico. Él sabrá lo que hacer.

 

Fuente: mejorconsalud/sistemainmunologicodebilitado